Y en el silencio nos entendimos mejor, no es por desinteresarme o por ser pesimista, pero como en la oscuridad se entienden mejor las parejas, yo la entendí mejor en silencio, callado, tal vez uno de los mejores estados de un vanidoso, tal vez uno de los mas sensatos, y así pasamos la tarde las horas, incluso los días, guardando un silencio de tumba, un silencio solemne que mataba curiosos y revestía sospechas, huecas pero sospechas al fin y al cabo, con miradas que se perdían en el infinito y con argumentos que se mezclaban en lo abrumado de nuestros pensamientos pasamos de un silencio a vela a uno estentóreo de ese silencio que nos quema poco a poco la cordura y que te taladra la cabeza, para llegar fútil, a tu conciencia...
el protocolo nos fue matando, nos invistió, con su gélido golpe de sorpresa...
Fragmento
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